Una amable azafata intervino para tranquilizar al hijo de un pasajero que estaba haciendo caprichos
Viajar ahora se ha vuelto mucho más sencillo ya que miles de vuelos se conectan todos los días incluso con las ciudades más lejanas. Es cierto, muchas horas de vuelos pueden ser agotadoras para cualquier persona, en particular para los niños, que se ven obligados a limitar sus juegos y sus espacios. Pero por otro lado un padre no puede irse y dejar a su hijo en la casa, especialmente si no tiene la posibilidad de dejarlo con sus abuelos. ¿Qué hacer, entonces? Tomar el riesgo de que, en un viaje de 6 horas, el niño pueda tener caprichos. Es lo que le sucedió a un padre, el cual había tratado de tomar todas las precauciones posibles durante el vuelo, pero su hijo comenzó a llorar desesperado y a hacer berrinches. En ese momento, una amable azafata intervino para salvar la situación.
via Instagram / raphaelaquilles
Muchas personas creen que los vuelos deben prohibirse para los más pequeños, olvidando que además de hacerlo por placer, se viaja también y sobre todo por necesidad. ¿Qué deberían hacer los padres, dejar a sus hijos en sus casas? En la mayoría de los casos, esto resulta una opción imposible. Aquí, entonces, fue que un padre tuvo que lidiar con los berrinches de su hijo, durante un vuelo de cabotaje de Brasilia a Cuiabá, en Brasil. El pequeño comenzó a llorar desesperado por cualquier cosa y el padre, igual de desesperado, no sabía cómo calmarlo. En estas situaciones, además, entra en juego el hecho de que los demás pasajeros puedan comenzar a molestarse por los continuos gritos.
Afortunadamente, una amable azafata no lo pensó dos veces e intervino para ayudar a este padre, sosteniéndolo en brazos al pequeño y acunándolo hasta calmarlo. Apenas abrazó al niño, el pequeño dejó de llorar y se calmó, comenzando, lentamente, a dormirse.
Una escena realmente impresionante, que fue grabada por el pastor Raphael Achilles y publicada luego en Instagram, donde el video alcanzó las 150 mil visualizaciones. El mismo Raphael Achilles comentó: "Un hermoso niño estaba con su padre y lloraba mucho, hasta que la primera vez la azafata se acercó y le llevó unas pegatinas para jugar, a pesar de que el niño continuó llorando; luego le trajo unas tazas pero él nada, no dejaba de llorar, entonces, para mi gran sorpresa, lo tomó en brazos y se quedó con él un tiempo, hasta que el pequeño se durmió".
En lugar de quejarse y desquitarse con el pasajero, esta azafata demostró toda su empatía y comprensión, logrando calmar al pequeño gracias a su dulce presencia. Su tarea es ayudar a los pasajeros a sentirse cómodos durante el vuelo y su intervención ha sido absolutamente providencial en este sentido. ¡Felicitaciones!
