Estaba convencida de que las personas la miraban por su buena apariencia. No era ese el motivo

por Patricia Zorzenon

17 Julio 2023

Estaba convencida de que las personas la miraban por su buena apariencia. No era ese el motivo
Advertisement

Estar en paz con tu cuerpo, verse y sentirse bellos y saber que también los demás nos aprecian por como somos no sólo espiritualmente, sino también estéticamente, es una hermosa sensación. Sentirse admirados por lo que uno es, sea cual sea tu apariencia, importa mucho, es inútil negarlo, pero a veces puede suceder que se malinterprete lo que las personas piensan o hacen con nosotros.

Es precisamente lo que le sucedió a nuestra joven protagonista que, de sentirse halagada por las miradas de los demás, pasó a sentirse profundamente avergonzada. ¿Por qué? Descubrámoslo.

via The Sun

Advertisement

Ella es Gracie Ferguson, de 22 años, joven y hermosa bloguera que contó en las redes sociales una historia personal divertida y al mismo tiempo súper vergonzosa. Como le sucedía muchas veces, un día estaba en el gimnasio y se estaba entrenando. Alrededor de ella otras personas le prestaban atención y ella creía que era porque era bonita. Una deducción que la hacía sentirse bien y la halagaba, es fácilmente comprensible. Lástima que no era ese el real motivo.

Una vez terminado el entrenamiento, Gracie fue al vestuario y estaba por bañarse, cuando descubrió algo increíble. Sus pantalones tenían un agujero en el centro y ella no se había dado cuenta. La vergüenza de la joven se disparó.

Advertisement

Su perro le había mordido tanto sus pantalones cortos que le dejó un agujero precisamente en el centro de la entrepierna. Por lo tanto, si antes estaba covencida de que los demás la miraban por su hermosa apariencia, se dio cuenta que no era ese el motivo. De la alegría pasó a la vergüenza, pero no le impidió reírse de lo sucedido.

Muchos usuarios dejaron un comentario del relato. "Si me encontrara en la misma situación podría desmayarme"- comentó una persona. Mientras que hubo otros que intentaron consolarla, diciéndole que sucede con mucha más frecuencia de lo que cree. Lo importante es saber tomárselo con filosofía y no dejarse arrastrar por la vergüenza.

¿A ti alguna vez te ha sucedido en el gimnasio o en otro lugar de encontrarte en una circunstancia similar? Si la respuesta es sí, ¿cómo lo lo has manejado?

Advertisement