Mujer de 89 años es obligada a dejar su casa por un aviso bancario: los vecinos la sorprenden comprándosela

por Patricia Zorzenon

16 Octubre 2022

Mujer de 89 años es obligada a dejar su casa por un aviso bancario: los vecinos la sorprenden comprándosela
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A veces tendemos a dar por sentado la importancia de vivir en una casa y cuando llega el momento de irse nos damos cuenta de los numerosos recuerdos que esas cuatro paredes han guardado centímetro a centímetro. Lo sabe muy bien la señora Angie Tyma, de 89 años, la cual -de hecho- no podía recordar un día sin su casa de Hudson, en Florida, Estados Unidos, dado que vivió allí durante 35 años.

La señora Tyma no tenía ninguna intención de mudarse a otro lugar, pero todo cambió cuando se encontró en una situación difícil.

via Youtube / WFLA News Channel

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Luego de un período de dificultades económicas, la casa de la señora Tyma fue hipotecada por el banco. Todo comenzó cuando ella, al no poder comprar el inmueble, recibió la ayuda de un querido amigo de la familia, el cual se hizo cargo en comprar su casa para que siga viviendo allí.

Tyma pagaba mensualmente la cuota de la hipoteca a este amigo, como si fuera un alquiler, pero sin saberlo el hombre dejó de pagar las cuotas al banco. Un día Tyma llegó, encontró un aviso en la puerta y sus pertenencias en el patio que le hicieron entender que debía dejar la casa. Entonces la señora Tyma terminó en un hotel del otro lado de la ciudad hasta que logró encontrar un alojamiento. Sin embargo, mientras tanto, la mujer no sabía que sus vecinos estaban organizando algo extraordinario especialmente para ella.

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Todo el vecindario, de hecho, tiene una excelente opinión sobre la señora Tyma y cuando supieron la noticia de su mudanza se negaron a dejar que su amiga pase frío quién sabe donde. "Todos conocen a Angie. Tiene dos perros que lleva a pasear. Es una mujer anciana, pero es bastante valiente y tiene mucha energía", contó Danielle Calder, vecina de la señora Tyma.

Fue la señora Calder quien, con un épico gesto de amabilidad, decidió comprar ella misma la casa de la señora Tyma al banco con el objetivo preciso de devolvérsela gratis a su amiga. El resto del vecindario, además, se reunió para remodelar la propiedad y restaurarla a su antigua gloria. Cuando vio lo que habían hecho sus vecinos, la señora Tyma lloró de alegría y agradeció a todos sus amigos, uno por uno: "¡Me siento parte de una gran familia!", comentó.

Un gesto amoroso que, estamos seguros de que esta mujer no olvidará jamás.

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