Madre exasperada por su hijo adolescente se desahoga: "Su desorden me hace enloquecer, quiero que se vaya"

por Patricia Zorzenon

26 Diciembre 2021

Madre exasperada por su hijo adolescente se desahoga: "Su desorden me hace enloquecer, quiero que se vaya"
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Una de las clásicas discusiones familiares entre padres y adolescentes es la del orden y la limpieza de la casa. Por un lado, los hijos parecen divertirse en rechazar categóricamente todas las reglas que sirven para el buen funcionamiento de su casa: desde cerrar el dentrífico, hasta descuidar la higiene de la ropa o de los ambientes; hasta cerrar los cajones y respetar los horarios de estudio. Por otro lado, los padres no entienden como ese "simpatico niño" se transformó en un destructor de la serenidad familiar.

Contener estas diferencias es la tarea de las personas más maduras, pero algunos padres luchan por soportar las duras pruebas infligidas por sus hijos. ¿Entonces cómo hacer?

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Unsplash / Not the actual photo

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Una madre desesperada escribe en las redes:

"Mi hijo mayor tiene 20 años, pero se porta como si tuviera 14. Su hermano de 12 años se porta mejor que él. Siempre ha sido un perezoso, nunca se preocupó por la escuela (fue a la escuela, pero solo hizo lo indispensable), no le importa su apariencia, gasta todo su dinero en juegos para la computadora, papas fritas, dulces, refrescos y galletas, y generalmente se porta de una manera extremadamente inmadura. Estoy desesperada".

Es cierto, en los tiempos de nuestros abuelos los jóvenes de 20 años ya tenían grandes responsabilidades y una familia que mantener. Hoy, en cambio, los jóvenes viven una adolescencia prolongada queriendo ser tratados como adultos. El desorden de un/a joven en crecimiento es una de las principales causas de peleas y discusiones en la familia. Padres que buscan desesperadamente imponer reglas para reordenar las cosas; los hijos cada vez menos satisfechos y enojados.

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Flickr / Not the actual photo

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El desahogo de la madre no se limitó a esas pocas frases, sino que siguió con todos los detalles del caso:

"Ahora va a la universidad, a pesar de que mi esposo y yo pensamos que no la está viviendo seriamente.  Su habitación es asquerosa, y quiero decir realmente repugnante. Cada vez que abre la puerta de su habitación el olor que sale es terrible y también mis hijos más pequeños se lamentan. Deja la ropa limpia que he lavado y planchado en el piso en una pila, mezclada con la ropa sucia. Lleva la comida al piso de arriba y queda intacta durante días, entonces los platos están incrustrados por la comida, no usa nunca el basurero, entonces la basura está desparramada por el piso. Comparte el baño con su hermano menor pero nunca se toma el tiempo para limpiarlo, toallas malolientes tiradas en el piso, sus botellas de shampoo y jabón vacías desordenan la ducha".

Flickr / woodleywonderworks / Not the actual photo

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La mujer pidió consejos en la web, después de haber intentado de todo para convencerlo de que limpie su habitación y que se haga cargo de su higiene personal.

Estos chicos, además, están aprendiendo a organizar su tiempo, sus espacios, y quieren crear un orden interior. Entonces es normal (y sano) que no logren ser coherentes con un orden externo. Guste o no, este desorden tiene un sentido y la expresión de la personalidad del joven en plena etapa de cambio. Por el contrario, a menudo son los padres quienes son muy rígidos con las reglas dictadas por el orden y la limpieza como reflejo de sus miedos a perder el control de las situaciones. El resultado de todo esto puede ser una guerra épica, a menos que las personas más maduras en la casa, que no está dicho que son los más grandes de edad, no puedan encontrar un momento de comunicación juntos. Un desafío que, lamentablemente, no tiene reglas definidas, pero que requiere confiar en el propio corazón.

Desde este punto firme, se necesita abrir los negociados de paz: limitar el desorden en espacios definidos (su habitación); aceptar que los horarios de estudio no sean canónicos; tolerar el estado de la ropa y dejar que sean ellos quienes señalen la suciedad de su ropa...

En definitiva, hay recordar que las mejores soluciones son aquellas que nacen desde la paciencia y de la dulzura, aunque a veces puede ser cansador mantener la calma. ¿Y ustedes qué le sugieren a esta madre desesperada?

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