El jefe no le permite salir del trabajo para ir a buscar a su hija a la guardería y ella lo lleva a los tribunales: gana 180.000£

por Patricia Zorzenon

10 Septiembre 2021

El jefe no le permite salir del trabajo para ir a buscar a su hija a la guardería y ella lo lleva a los tribunales: gana 180.000£
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Con demasiada frecuencia se les pide a las mujeres que elijan entre la familia y la carrera, como si las dos cosas fueran inconciliables. Una mujer trabajadora que, en un momento de su vida, decide tener un hijo tiene una serie de derechos a los que apelar y contra los cuales su empresa no puede hacer realmente nada. Sin embargo, se escuchan con frecuencia noticias de mujeres embarazadas aisladas de sus jefes o de sus propios colegas precisamente debido al embarazo. Alice Thomson sufrió este mismo trato por su empresa y por su jefe, cuando pidió poder pasar a un horario de trabajo de media jornada, de manera que pueda ir a buscar a su hija a la guardería. Una solicitud más que legítima que, sin embargo, se le ha denegado. La mujer, afortunadamente, tuvo su merecida "venganza".

via Daily Mail

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Pexels / Not the actual photo

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Alice Thomson es una gran trabajadora y una gran recurso para su empresa, Manors, donde la mujer ocupaba un puesto directivo. Dado que su trabajo la obligaba a permanecer en la oficina hasta las seis de la tarde, después de haber dado a luz Alice pidió poder tener un horario de media jornada y por lo tanto, trabajar 4 días a la semana hasta las cinco de la tarde. La solicitud de Alice se basaba exclusivamente en el hecho que, cada tarde, debería ir a buscar a su hija a la guardería. Una simple petición, que se encontró con la resistencia de su jefe.

"La empresa no puede permitirse esta nueva organización" y "Temo también que esta organización puede causar un efecto perjudicial sobre la capacidad de satisfacer la demanda de los clientes, además de nuestra imposibilidad de reorganizar el trabajo entre el personal existente", son algunas de las excusas dichas por su jefe en el momento en el que rechazó su petición.

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Alice, entonces, renunció y llevó a su empresa a los tribunales, donde el juez le otorgó una indemnización de 184.961 esterlinas por la pérdida de ganancias, contribuciones a la jubilación, lesiones a los sentimientos y a los intereses, dado que la insistencia de la empresa en que trabaje hasta las 18:00 le daba una gran "desventaja". Se trata entonces del epílogo de una historia que comenzó hace un tiempo: también cuando Alice estaba embarazada, de hecho, su jefe había colaborado en crear alrededor de ella un ambiente hostil, excluyéndola hasta de algunos viajes de trabajo, precisamente debido a su embarazo. Cuando Alice se fue por licencia de maternidad, admitió que se sintió como si hubiera sido despedida, dado que fue obligada a entregar el celular de la empresa y las llaves de la oficina. Otros episodios en los que se hacía referencia a la emotividad de Alice sucedieron a lo largo de todo el período del embarazo, haciéndola sentir incómoda a pesar de ser una excelente trabajadora. Por no hablar del hecho que, durante una fiesta empresarial, Alice escuchó decir con sus propios oídos a su jefe comentar negativamente el hecho de haber contratado a una mujer embarazada.

¿Es posible que en el 2021 una mujer aún se vea obligada a afrontar estas formas de bullying y sexismo?

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