Esta mujer ha transformado su comedor en un merendero para niños pobres de su ciudad

por Patricia Zorzenon

10 Junio 2021

Esta mujer ha transformado su comedor en un merendero para niños pobres de su ciudad
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Vivir una vida de privaciones y sufrimientos no está dicho que te lleva a mantener a toda costa una vida triste; del dolor que podemos experimentar en nuestro camino de experiencias, podemos aprender lecciones preciosas capaces de transformarnos y convertirnos en mejores personas, gentiles, empáticas y de sanos principios, siempre dispuestas a tender una mano hacia aquellos que están más necesitados y son menos afortunados. Como Juana Santos, la mujer protagonista de esta historia que les estamos por contar hoy...

via Diario Uno

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Martin Pravata/Diario Uno

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Se llama Juana Santos, ha nacido en Bolivia pero ha transcurrido una infancia y una adolescencia muy difícil y de gran probreza: los padres de la mujer eran muy negligentes y la agredían continuamente, luego al cumplir la mayoría de edad ha tenido la oportunidad de escapar y transferirse en Argentina, buscando una vida mejor. Pero ha caído en un engaño.

Le habían prometido una vida mejor, sin embargo por unos diez años ha trabajado y era exclavizada por otras personas como una verdadera exclava; signos totalmente profundos en la vida de Juana que no cicatrizarán jamás; la experiencia de vida sufrida ha llevado a esta mujer a hacer algo por quien era menos afortunado que ella y más necesitado, justo ella que tanto dolor y privaciones ha sufrido en la vida...

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Martin Pravata/Diario Uno

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Lo que ha hecho Juana Santos, que ahora vive en Flores en Argentina, es abrir literalmente las puertas de su casa para asegurar el pan y otra comida típica boliviana a otros cientos de niños de la zona que pertenecen a familias de bajo rédito: "Desde niña he atravesado muchas miserias y hoy, cuando veo niños inocentes y necesitados, me reflejo en ellos. ¡No logro mirar para otra parte!

Entonces Juana ha puesto a disposición su comedor para albergar estos niños necesitados ayudada por un verdulero que le suministra cada día fruta y verdura fresca y capacidad en su garage, que será utilizado como depósito para los productos de la "cocina" de Juana. Por el resto, esta mujer ha criado siete hijos, de los cuales uno es discapacitado, sabe perfectamente como comportarse y cuidar de 100 niños.

Martin Pravata/Diario Uno

Martin Pravata/Diario Uno

La historia de Juana Santos nos enseña una lección preciosa: no obstante los dolores, los traumas y el sufrimiento que la vida nos reserva, no nos olvidemos de sonreír y mirar al futuro (nuestro y el de otros) con esperanza: tender la mano hacia quien es menos afortunado que nosotros es seguramente un buen punto de partida para volvernos mejores personas.

¡Aparte, no todos los males vienen para dañar!

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