La elegancia es un modo de saber respetar a las personas, no de saberse vestir

por Patricia Zorzenon

22 Febrero 2020

La elegancia es un modo de saber respetar a las personas, no de saberse vestir
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La elegancia muy a menudo es confundida con el saber elegir el vestido justo del color justo, de la justa tela y de los detalles preciosos y muy costosos; cierto, se necesitaría incluso saber poner el vestido. Y sin embargo, muchas de las personas más elegantes que hemos conocido en nuestra vida son también aquellas más frías y emocionalmente distantes con la cual hemos tenido relaciones. ¿Porqué esto? Simplemente porque la idea de elegancia es demasiado preconcebida: la elegancia es un modo de ser, no de saberse vestir.

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Pixnio

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La elegancia de hecho, es también sinónimo de buena educación y buena actitud hacia las personas que nos rodean; las reglas de la buena convivencia no son las mismas que realizan dentro del interior de un armario, es necesario ser capaz de ser elegantes en la vida que conducimos, en el modo en como nos relacionamos con las personas, en el modo en que amamos, tenemos sentimientos o somos empáticos frente a los más necesitados de afectos y atenciones. Solo aprendiendo a gestionar esta habilidad compleja, se puede reflexionar nuestra elegancia en la ropa que nos ponemos.

No tiene sentido ponerse una prenda firmada, una cartera de Louis Vuitton si luego no somos capaces de probar gentileza hacia las personas que nos rodean, lejanas o cercanas. ¡Esta cualidad negativa no nos hace más elegantes, más bien, nos hacen personas absolutamente ordinarias!

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Breakfast at Tiffany's /Paramount Pictures

Breakfast at Tiffany's /Paramount Pictures

Quien sabe ser elegante no es oportunista, no pretende de estar arriba de otras personas, sabe disculparse y agradecer, practica siempre el fino arte de la empatía y de la colaboración recíproca y sabe reconocer la cualidad y los dones de las otras personas. Se puede decir que la elegancia no es nada que tenga que ver con las apariencias y con las prendas brillantes, sino más bien tiene que ver con los pequeños gestos cotidianos de amor bondadoso y generosidad.

La elegancia, como ya es dicho, es sinónimo de respeto y educación.

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