La oficina municipal rechaza de ayudarlo en la desinfestación: él toma represalias liberando las chinches en el mostrador

por Patricia Zorzenon

15 Octubre 2019

La oficina municipal rechaza de ayudarlo en la desinfestación: él toma represalias liberando las chinches en el mostrador
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Hay situaciones en que la burocracia puede volverse insostenible, donde se rebota de una oficina a otra sin aparentemente lograr resolver nada. A veces es de verdad difícil lograr mantener la calma y se necesita siempre concentrarse sobre el hecho que no existe una sociedad civil en donde no se deba hacer las cuentas con permisos y papeleos varios. Evidentemente de hecho, la calma no es la cualidad principal del hombre protagonista de esta historia, que frente al rechazo de la oficina para ayudarlo con una infestación ha reaccionado de manera decididamente exagerada.

via centralmaine.com

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Michael Wunderli/Flickr

Michael Wunderli/Flickr

Nos encontramos en las oficinas municipales de Augusta, en Maine (USA). Un hombre, donde no conocemos el nombre, había pedido la asistencia del municipio para eliminar una infestación de chinches en la cama de su departamento, pero el pedido se le ha negado y se le ha negado también el acceso a un nuevo departamento.

Sin embargo al enterarse de la noticia del empleado municipal, el hombre ha tenido una reacción que va mucho más allá de la simple desaprobación. Luego de haber sacado afuera un contenedor que había llevado con él, ha liberado en la oficina un centenar de chinches de la cama, exclamando "¡ahora son problemas tuyos!". 

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Twitter/Ted Homer

Twitter/Ted Homer

Obviamente ninguno se esperaba una venganza tan atípica y exagerada, sobre todo el empleado del mostrador, que en un momento se ha encontrado rodeado de animalitos. Incluso si la cantidad no era enorme, ha sido necesario llamar la desinfestación y cerrar la oficina por el día entero para volver todo a la normalidad.

Obviamente el hombre, además de poco educado, ha sido también un poco tramposo, porque impedir el trabajo de los empleados públicos y dañar las oficinas es obviamente un delito condenable. Esperamos al menos que la próxima vez que deba enfrentarse con la burocracia comunal, ¡se conceda antes un buen mensaje relajante!

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