Una mujer olvida 12.000 dólares a bordo del auto pero este taxista decide de restituirle todo
Al día de hoy parece siempre más raro asistir a gestos de solidaridad y de generosidad sin sentirse dar de "estúpido" o de ingenuo. Incluso son exactamente estos gestos que hacen al mundo un lugar mejor donde vivir. Que sea un gesto llamativo o un pequeño gesto cotidiano, si proviene del corazón, será igualmente un acto noble. Es gracias a nobles gestos como aquel del taxista colombiano Alex Fabio Marín, que recuperamos confianza en el género humano. Este hombre ha sido de hecho protagonista de una noticia que, en poco tiempo, se ha vuelto viral, desencadenando reacciones contradictorias en el mundo de las redes sociales.
via El Colombiano
En un día aparentemente como todos los otros, el taxista ha acompañado a una madre y una hija a bordo de su taxi. Durante el trayecto hacia el barrio central de Manrique, en el norte de la ciudad, el hombre ha tenido el placer de intercambiar cuatro palabras con la familia. No es raro que turistas y otros se distraigan un poco conversando con el taxista, contándoles incluso detalles privados de la propia vida. Hablando de todo un poco, de hecho, la mujer le había contado de haber obtenido recientemente un importante préstamo para poder renovar la casa.
Una vez llegados a destinación, los pasajeros han pagado la suma de 11.500 pesos, es decir 3,66 $, y han saludado al taxista.
Retomando su recorrido, el taxista nota que una cosa de extraño había sobre el asiento posterior del auto.
La mujer había olvidado una cartera negra sobre el asiento, una cartera que contenía 40 millones de pesos colombianos, que es el equivalente de $12.600. Se trataba del famoso préstamo de la cual la mujer le había hablado.
Con un cierto nerviosismo, considerando aquella gran suma a bordo de su auto, el taxista ha decidido de hacer la elección más justa, una vez encontrada a la mujer, le ha devuelto todo el dinero.
La mujer no podía creer a sus ¡había recuperado el dinero! Sin pensarlo dos veces, ha pagado una generosa recompensa al taxista, agradeciéndole continuamente por su honestidad.
Un gesto simple y honesto que ha salvado el día (y quizás la vida) de una familia.
