Un hombre aparece después de 28 años de separación en la casa de su exesposa...y comienza a cortar su césped
No todas las relaciones están destinadas a durar eternamente y esto lamentablemente es un hecho. Las personas pueden cambiar, sentir sentimientos nuevos hacia otra persona o simplemente emprender caminos diferentes. Existen varios motivos por el cual una pareja decide romper ese vínculo y si bien está unida por el vínculo matrimonial, terminan pidiendo el divorcio.
Hablamos de una decisión sin dudas dolorosa que lamentablemente no repercute solamente en los directos interesados: a menudo los que están en el medio son también los hijos. Esta historia cuenta de un episodio bastante particular que inevitablemente ha emocionado a todos.
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No es un secreto: en la mayoría de los divorcios el rencor y la frustración siempre están detrás de la esquina. Es muy difícil mantener una relación "equilibrada" cuando nos sentimos heridos y con muchos arrepentimientos en nuestras espaldas, o así pareciera. Ciertamente son más las historias en las que nos enteramos de venganzas hacia sus ex parejas, batallas legales interminables por la custodia de los niños y luchas de poder cuyo único objetivo es pisotearse.
A veces ni siquiera el tiempo es capaz de sanar algunas relaciones: simplemente se sigue con la vida llevando adentro algunos resentimientos. En el caso de nuestro protagonista, tiempo había pasado y bastante, 28 largos años.
La ex esposa del hombre se había vuelto a casar y tuvo de su nueva relación dos hijos. Precisamente ellos, una mañana, notaron algo raro fuera de su casa.
Pero quien lo reconoció fue la hija mayor, ahora de 32 años, de la mujer: "¡ese es mi padre!", exclamó incrédula mientras intentaba interpretar la escena que tenía frente a sus ojos. Entonces los medios hermanos se preguntaron por qué su padre estaba en su jardín intentando...¡cortar el césped!
"Porque sabe que mamá necesita de su ayuda", replicó luego. Y era exactamente así: la mujer tenía un grave problema en las rodillas y su actual esposo trabajaba fuera de la ciudad, entonces ese hombre -John- pensó en ir a la casa de su exesposa para darle una mano sin que nadie pidiera de su ayuda.
No había avisado, no llamó ni envió un mensaje: apareció allí y comenzó a cortar el césped del jardín de su ex esposa. La hija del hombre, Cody, decidió entonces inmortalizar ese gesto de altruismo desinteresado tomando una fotografía. Luego publicó en Facebook una publicación donde explicaba lo mucho que había representado ese comportamiento para ella: "no hay que ser santos para realizar un acto de amabilidad con los demás". Sus palabras inspiraron y emocionaron a todo el pueblo de la web: se compartió en las redes sociales más de 40.000 veces.