"18 veranos": la emocionante carta de una abuela que nos hace reflexionar sobre el tiempo que se escapa
"Los días son largos, pero los años son muy breves". En este modo de decir está encerrada la verdad absoluta del tiempo que corre implacablemente, un tiempo que en la edad de la juventud parece escaparse de las manos en un arcoiris. Los padres esta cosa la saben y la viven todos los días (que pasan) con los propios hijos. ¿Cuantas veces mamá y papá se han preguntado cuanto el tiempo ha volado y que, de un momento al otro sin casi darse cuenta, los hijos habían crecido repentinamente?
Justo sobre esta profunda reflexión se basa la emocionante carta "De los 18 veranos", escrita por una abuela de nombre Isabel y que ha sido compartida sobre la web gracias al blog Mas allà del Rosa o Azul. Las palabras de la abuela son verdaderamente emocionantes:
"18 veranos. Puedes contarlos con los dedos de las manos y de los pies. Si eres afortunada, porque hoy los hijos vuelan muy pronto del nido.
Entonces, en vez de esperar el minuto para sentarte sobre la toalla en la playa y abrir tu libro, esperarás con ansiedad el momento en que no deberás más sentarte sobre la misma o leer, porque el teléfono sonará o llegará el mensaje.
Es tu hija para preguntarte como estas pasando tu verano, que cosa estás haciendo y cuando irán contigo. O para hacerte saber que están llegando con los nietos.
Estás leyendo acostada sobre la toalla, esperando que suene el teléfono y parecerá que el tiempo no pasará. Esperar que suene el teléfono o llegue el mensaje parecerá una eternidad y recordarás los 18 veranos cuando has esperado el minuto para acostarte sobre la toalla o leer un poco".
18 veranos. Ahora pueden parecer una eternidad pero te aseguro que volarán en un abrir y cerrar de ojos. Recuerda esos días cuando estabas con ellos en la playa o en vacaciones.
Cuando te llaman de nuevo "mamá" o cuando te dicen de ir al agua o jugar, piensas "Quiero un minuto para acostarme sobre la playa". 18 veranos.
Diviértete mucho, porque aquellos momentos son únicos. Porque luego te preguntarás como es posible que pasen tan rápido. Con afecto, la abuela".
El tiempo no da concesiones a ninguno, va siempre en una dirección y es aquella del futuro, nunca del pasado. Madres y padres de todo el mundo lo saben bien: los hijos crecen rápidamente, sin que casi nos demos cuenta y pronto saldrán de sus nidos y querrán crearse una vida propia. Pero es así que es la vida.
Los padres, cargados de amor por los propios hijos, no pueden hacer otra cosa que crear recuerdos y memorias imborrables de aquellos días despreocupados que no serán nunca cancelados. Ni siquiera del tiempo que pasa.
