Mientras retira el dinero del cajero electrónico nota una cosa extraña: aquello que ocurre después tiene algo milagroso

por Patricia Zorzenon

03 Julio 2019

Mientras retira el dinero del cajero electrónico nota una cosa extraña: aquello que ocurre después tiene algo milagroso
Advertisement

En el film, en tv y a veces en la cámara cándida es propuesta la situación donde una persona encuentra dinero perdido o apenas caído del bolsillo de alguno. Se trata de una circunstancia rara pero igualmente posible que cuando se verifica pone a la prueba los valores como rectitud y corrección que cada individuo debería poseer. Un episodio parecido ha ocurrido a Bobby Puryeas donde la reacción ha ido más allá de una simple demostración de honestidad.

Advertisement

My new teeth

Pubblicato da Bobby Puryear su Giovedì 6 agosto 2015

Un día como tantos el hombre se encontraba en el cajero automático de su banco para retirar el dinero, cuando se da cuenta de un particular detalle un tanto inusual. En la fisura de donde en general se les paga con los billetes alguien había dejado dinero, unos 500 dólares, una cifra discreta para un simple olvido. Entró inmediatamente dentro de la entidad de crédito con la intención de devolver el dinero al legítimo propietario pero la operación se volvió lejos de ser simple. La empleada de la caja y mucho menos el director no sabían como gestionar la cosa, asique dijeron que habrían efectuado controles para verificar quién había utilizado la tarjeta antes que él.

Al día siguiente Bobby es contactado por el banco donde en ese tiempo habían logrado encontrar aquella persona, se trataba de una mujer de 92 años de nombre Edith. Recuperada la dirección, Puryeas se dirigió a entregar el dinero, con gran alegría y sorpresa de la anciana señora, conmovida por el gesto poco común. Edith había retirado aquel dinero para pagar el alquiler de 480 dólares, los había apoyado un momento y se los había olvidado. Para agradecer a su salvador quiere darle una recompensa de 20 dólares, que naturalmente Bobby no aceptó. Pensando que la mujer habría debido hacerse bastar solo con aquellas monedas para llegar a fin de mes, llamó al banco pidiendo que transfieran 200 dólares de su cuenta a la cuenta de Edith.

Advertisement
Wikimedia

Wikimedia

La historia no termina aquí por cuanto también un colega de Bobby conmovido por su generosidad, decide de hacer otro tanto donando 100 dólares. La voz se ha esparcido ya entre los empleados del banco que decidieron de hacer una colecta, recogiendo al final unos 300 dólares. La historia se volvió pública luego que Puryeas ha compartido en Facebook recibiendo mas de 150.000 "me gusta".

El "buen samaritano" a continuación ha invitado a Edith a transcurrir el día de Acción de Gracias con su familia y ha contactado a una asociación de voluntarios con la idea que se activaran acciones para cuidados de la mujer, quedando siempre a disposición para cada exigencia suya. Esta pequeña historia metropolitana regala una enseñanza preciosa: ninguno tiene el poder de ayudar a todos, pero cada uno tiene la facultad de ayudar a alguno.

Advertisement