Ciertos hombres no maduran jamás: llegados a un cierto punto, marchitan y basta

por Patricia Zorzenon

03 Marzo 2019

Ciertos hombres no maduran jamás: llegados a un cierto punto, marchitan y basta
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La vida es un continuo cambio, cada edad tiene sus fases de adaptación de la personalidad, como preparación a aquello que viene luego, hasta cuando un hombre logra llegar a su plena madurez. Hay individuos que por elección o por necesidad "se vuelven grandes" de prisa, pero otros que llegan a esta línea de meta solo muy tarde, no lo logran jamas o que buscan de alejarse lo mas posible. Estos últimos son los llamados "eternos Peter Pan".

via standard.co.uk

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Crecer es un proceso que debe seguir su curso o recorrido natural, por la cual no es bueno quemar etapas sin disfrutar la despreocupadísima infancia y de la juventud, se niegan a evolucionar quedando bloqueados. En el segundo caso, estamos tratando con hombres egoistas que solo saben concentrarse sobre si mismos, sobre las propias exigencias y no conciben que pueda existir algun otro mas allá fuera de ellos.  

La individualida va cultivada y protegida hasta que se está en aquel período de la existencia en la cual se aprende a conocerse y a comprender capacidad y limites. Sin embargo cuando se qued empantanado en la autogratificacion se arriesga de no ir mas adelante. Incluso los menos sensibles a un cierto punto pueden percibir que alguna cosa falta o no funciona, porque el hombre no esta hecho para vivir en soledad sino para entrelazar relaciones sociales.

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Confrontarse con los demas implica sin embargo, salir de las propias dimensiones, tener "que rendir cuentas" a alguien o no tan solo a si mismo. Para los inmaduros cronicos cualquier unión, de amor o de amistad, que necesite cuidados, atencion y responsabilidad, equivale a una verdadera y propia prision. Pensar de poder cambiar estas personas con el afecto, de derpertar en ellas la parte mejor, a menudo resulta ser una tarea fallida.

Quien envejeces sin crecer esta ademas condenado a la infelicidad porque no aceptara jamas las fisiologicas transformaciones del propio cuerpo como arrugas, cabellos grises o que caen y la perdida de tonicidad. Un "adolescente de cuarenta años" vivirá todo esto con incomodidad, descargandose la frutracion sobre quien tiene al lado.

No se puede obligar a alguien a crecer porque la madurez debe ser un acto de conciencia. La unica estrategia posible de adoptar con un Peter Pan es dejarlo solo, ponerlo delante a los propios errores y quizas en este modo logrará despertarse, reconocerá la realidad y finalmente, quizas, eligirá de convertirse grande.

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