"Soy una madre, pero también soy una mujer y sobre todo estoy cansada"

por Patricia Zorzenon

14 Mayo 2023

"Soy una madre, pero también soy una mujer y sobre todo estoy cansada"
Advertisement

Convertirse en padres es una tarea ardua y no siempre va de acuerdo a las propias expectativas. Inicialmente pensamos siempre en lo hermosa, gratificante y positiva que es como experiencia, pero quienes tuvieron uno o más hijos saben bien que no sólo hay belleza en esto y que hay que lidiar con diversas situaciones más o menos difíciles de manejar individualmente o en conjunto.

Este es el motivo por el cual tanto las madres como los padres podrían vivir momentos de desánimo, hasta sentir la necesidad de querer dejar todo y alejarse por unos días en busca de tranquilidad. Que suceda o no poco importa, pero quién está al lado de estos padres debería entender la importancia de comprenderlos y darles una mano.

En ese estado de extremo cansancio se encontró la mujer de la cual queremos hablarles. Una madre, una esposa, una trabajadora que llegó a un punto de ruptura y sintió la necesidad de desahogarse.

Advertisement
Rawpixel - Not the actual photo

Rawpixel - Not the actual photo

"En un día cualquiera, de repente, mientras estaba haciendo lo que hago todos los días, colapsé -contó- Miré a mi alrededor y me di cuenta que no podía más. Siempre estoy corriendo, debo levantarme temprano a la mañana para preparar el desayuno de los niños, ayudarlos mientras se bañan y se visten, preparar la merienda para la escuela, acompañarlos y luego correr hacia el trabajo donde, por lo general, llego tarde -confesó- No me digan que salga antes, no es este el problema".

Agotada por una rutina que no le deja casi tiempo para respirar, esta mujer se rindió y dejó escapar un largo grito liberador. Su cuerpo decidió que había llegado el momento de detenerse, de sentarse y decirse a sí misma: "basta". La madre habló de lo cansada que se siente, de lo mucho que siente la necesidad de irse de su casa y tomarse unas horas para ella misma.

"Envidio a esas mujeres que logran detenerse fuera de la escuela para hablar un poco -continuó- aquellas que logran tomarse una hora de tiempo para hacer deporte, aquellas que van a la peluquería - algo que quisiera hacer también yo para cubrir mis canas, pero no puedo -aquellas que salen con amigas por un trago o para ir al cine. Yo no tengo nada de todo eso, estoy siempre corriendo y estoy cansada".

Advertisement
Pexels - Not the actual photo

Pexels - Not the actual photo

El mejor momento para ella es la noche: todos duermen y el silencio envuelve sus momentos de paz. Quisiera casi que ese tiempo no se detuviera jamás, pero las agujas del reloj siguen corriendo, llega el amanecer y un nuevo día de corridas se acerca hacia ella.

Muchas mujeres -pero también muchos hombres- viven estas sensaciones y se sienten impotentes frente al frenético del día a día. Sin embargo, a pesar de todo, a veces se necesita un desahogo, un llanto liberador, una charla para que todo retroceda y se encuentre la tranquilidad tan buscada.

"Esta historia está basada en hechos reales e inspirada en el relato compartido con nosotros por una de nuestras lectoras"

Advertisement