Se encuentran después de 22 años: ex novios de la secundaria se encuentran nuevamente y se casan a los 40 años
Por supuesto que es realmente cierto que el amor es un sentimiento totalmente universal que logra sorprendernos y llamar a nuestra puerta cuando menos lo esperamos; esta es la historia de Helen Marshall, una mujer de 41 años que se ha casado con Greme Richardson de 42 años, después de 22 años de su primer encuentro ocurrido entre los pasillos de la secundaria.
Cuando Helen y Graeme se enamoraron eran dos simples adolescentes, quedando embrujados recíprocamente entre una mirada y la otra en los corredores de la escuela. Inicialmente, ninguno de los dos tenía el coraje de pedirle al otro de salir, hasta cuando un día, una amiga de Helen le propone una tabla de chocolate a cambio de una cita entre los dos.
via Daily Mail
Después del primer paso de Helen, los dos comenzaron a frecuentarse y se comprometieron oficilamente después de solo nueve meses, cuando él le pide casarse indiferente a su joven edad. No obstante la alegría de ambos, sin embargo, una vez desembarcados en la universidad, Helen y Graeme se alejaron siempre cada vez más y su relación se rompe definitivamente.
Consciente del hecho que la vida tenía que seguir adelante, ya sea Helen que Graeme proyectaron su futuro con otra persona, formando su familia y continuando a vivir en su ciudad natal. Sin embargo, parecía que ambos no fueron felices con sus respectivas parejas, tanto que, por obra del destino o pura coincidencia, ambos volvieron a estar solteros.
Cuando supo sobre el final del matrimonio de Graeme, Helen decide dar nuevamente el primer paso, pero sin demasiadas espectativas. Sin embargo, no obstante los dos ex novios se encontraran a menudo cuando acompañaban a sus respectivos hijos a la escuela, no tenían nunca la ocasión de intercambiar una palabra. Desde aquel día, Helen y Graeme comenzaron a llamarse, luego a verse y entre un paseo y el otro, terminaron por besarse, ¡enamorándose nuevamente después de unos hermosos 20 años!
Encontrado su amor perdido, Graeme le pide a Helen matrimonio con el mismo anillo utilizado durante la primera propuesta de matrimonio ocurrido muchísimos años antes. No obstante no estaban juntos, de hecho, Helen había conservado el anillo por todos aquellos años, cuidándolo celosamente en un alhajero.
Evidentemente, aquel sentimiento despreocupado y de adolescentes que unía a estos dos enamorados no se había desvanecido hasta el final, tanto como nos confirma la misma Helen: "Somos la otra mitad el uno para el otro. Me siento como si estuviera en casa, como si estuviera entera. Él es mi alma gemela y yo la suya. Es una verdadera historia de amor feliz."
