"No estaba preparado para convertirme en padre de mi padre": las palabras de un hijo que no acepta ver envejecer a sus padres

por Patricia Zorzenon

24 Abril 2021

"No estaba preparado para convertirme en padre de mi padre": las palabras de un hijo que no acepta ver envejecer a sus padres
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El tiempo pasa inexorablemente, siempre va hacia adelanta y nunca hacia atrás, y nosotros, llevados por nuestras vidas frenéticas, no nos damos cuenta de lo rápido que es, de cuánto nos convertimos en adulto en muy poco tiempo, en cuánto en un simple abrir y cerrar de ojos nos encontramos transformándonos por completo. Si hasta el día anterior nos parecía que éramos todavía adolescentes viviendo en la casa de nuestros padres que pareciera no envejecen nunca ante nuestros ojos, en un instante nos encontramos en cambio convirtiéndonos en padres de nuestros padres, que con los años que pasan asumen cada vez más el rol de "hijos a los que cuidar"...

via Clarìn

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Nadja Varga/Flickr

Nadja Varga/Flickr

Una reflexión universal que sin embargo para muchos hijos adultos nunca es fácil de afrontar; a muchas de estas personas les cuesta realmente mucho, es que sus padres, que al comienzo parecían inmortales, ahora están creciendo y necesitan cuidados, cariño, cercanía. Al final de cuentas, nadie está realmente preparado para convertirse en padre de sus padres. Una reflexión que el psicólogo Alejandro Shujman quiso recoger y plasmar en blanco y negro gracias a los múltiples testimonios de sus pacientes:

"Mi padre ya tiene 92 años. Cada semana espera al domingo para "la historia". Ambos amamos el mundo de la fantasía. Me ha enseñado a navegar en los universos de las princesas, piratas, dragones, castillos, elfos y unicornios. Pero mi héroe más fantástico siempre ha sido él. Hoy ya no camina, pero desde la silla de ruedas espera como un niño para que lo sorprenda. Cincuenta años después, el que inventa historias soy yo. Al comienzo me entristeció, pero hoy me divierto y le devuelvo algo de todo lo que él me ha dado de niño. Un ciclo se está cerrando, hermoso y triste al mismo tiempo; como la vida misma, ¿no es así?"

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Pixabay

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Las palabras de este psicólogo son emocionantes porque engloban a la perfección lo que todos nosotros los hijos adultos pensamos frente a nuestros padres ancianos, obligados a una silla, a una cama, cuando aún tenemos frescos en la memoria los recuerdos más hermosos de nuestra infancia y de como nuestra madre o nuestro padre lo hicieron mágico e inolvidable: "Los fuertes brazos que nos acunaron hoy tiemblan. Las miradas que nos han protegido hoy son rostros confundidos y llenos de miedo. Se me parte el corazón verlos tan frágiles, indefensos. Antes, mi padre me sostenía en brazos, era un roble, y ahora me toca a mí, se ha convertido en un muñeco de porcelana. No logro acostumbrarme a verlo de esta manera", continuó Shujman.

Palabras fuertes, conmovedoras, que no pueden evitar dejarnos caer alguna amarga lágrima; además, como también sostiene este psicólogo, nadie nunca está realmente preparado para convertirse en "padre de sus padres"; pero cuando este momento llegue, sabremos muy bien que un círculo se está cerrando, y otro se está abriendo: debemos afrontar esta nueva fase con fuerza y valentía, y devolverle a nuestros padres ancianos todos esos besos y esas caricias que una vez nos regalaban a nosotros.

Porque el amor hacia una mamá o un papá, aunque sean ancianos, dura para siempre.

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