El vagabundo se hace cargo del perro discapacitado: lo alimenta y lo considera "su hijo"

por Patricia Zorzenon

14 Febrero 2021

El vagabundo se hace cargo del perro discapacitado: lo alimenta y lo considera "su hijo"
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Cuando se tiene poco en la vida, se tiende a apreciar todo, incluso las cosas aparentemente más banales, a las que generalmente no les prestamos atención; quien es pobre por fuera muchas veces es rico por dentro, muy rico en amor, afecto, de buenos sentimientos hacia las demás personas, generosos y altruistas. El protagonista de esta historia conmovedora es un hombre venezolano vagabundo, que ha sido inmortalizado por una foto que dio la vuelta en la web gracias a su gesto emocionante.

via Zoorptrendente

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Lira Quicano Fernandez/Facebook

Lira Quicano Fernandez/Facebook

Lira Quicaño, una mujer que vive en Rimac en Perú y que se encontraba pasando por la Avenida Samuel Alcázar, ha inmortalizado un momento emocionante y lleno de buenos sentimientos: la mujer ha visto a un joven vagabundo de origen venezolano cuidando y alimentando a un perro discapacitado, obligado a moverse sobre una silla de ruedas: no podía mover las patas traseras. Por este motivo el hombre generoso, a pesar de vivir una vida de penurias y no teniendo un techo bajo el cual dormir o comida suficiente para compartir, sabía que debía cuidar de él de alguna forma.

Lira contó: "He visto a este joven venezolano hablarle con mucho afecto a este perro, a su "hijo" como le decía él. Ese cachorro lamentablemente no puede caminar, pero se arrastra las patas traseras gracias a una silla de ruedas especial."

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Lira Quincano Fernandez/Facebook

Lira Quincano Fernandez/Facebook

Este pobre vagabundo es un joven que generalemnte se dedica a la limpieza de los autos en el mismo bulevar concurrido en la localidad peruana de Rimac, según lo que declararon los ciudadanos y los transeúntes de la zona que ahora aprendieron a conocerlo. El vagabundo prefiere que su perro fiel lo acompañe mientras se ocupa del lavado de los autos en la calle, de manera que pueda estarle siempre cerca y que él pueda ocuparse del perro cuando lo necesita.

Ciertamente, la conmovedora escena inmortalizada por el objetivo fotográfico de Lira nos recuerda aún una vez más que la generosidad, el altruismo, el sentido de solidaridad y del amor recíproco no son valores que se pueden comprar tan fácilmente: muchas veces, son ricas las personas que en la vida saben lo que significa hacer enormes sacrificios o vivir sin una casa, una familia o sin dinero para seguir adelante.

Quien no tiene nada, tiene todo lo que le sirve para vivir guardado en su gran corazón.

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