Una peluquería queda abierta durante el confinamiento y su propietaria es condenada a 7 días de cárcel: "debo alimentar a mis hijos"
Las recaídas económicas que la pandemia del Coronavirus está teniendo en todo el mundo son ya una cosa muy conocida por muchos. La necesidad de distanciamiento entre las personas y de contener los contagios han llevado a cerrar todo aquello que no fuera estrechamente necesario, con obvias pérdidas de ganancia de parte de quién está empleado en muchas actividades.
La mujer de la cual estamos por hablarles es una de estas personas. impulsada por su necesidad, ha decidido de ir contra los bloqueos impuestos de las autoridades, negándose a mantener cerrado su salón de peluquería. Por esto su actitud, ha recibido un castigo que está levantando muchas polémicas.
via CBS DFW
Estamos en Texas, Estado americano donde las medidas restrictivas debidas al Covid-19 han llevado a cerrar, entre los otros negocios, incluso los peluqueros. Shelley Luther, violando tales órdenes, ha decidido de volver a abrir el suyo con otras 2 semanas de anticipación respecto a cuanto lo previsto. La motivación, de alguna manera, puede resultar incluso comprensiva: la mujer, de hecho, ha justificado su desobediencia con la necesidad urgente de ganar para "dar de comer a su familia".
Incluso, en una situación tan particular y grave como aquella que los Estados Unidos y el resto del mundo, están viviendo por el virus, la necesidad y las dificultades personales, para muchísimas personas, han sido obligadas a pasar en segundo plano. Y es por este motivo que la mujer ha recibido de inmediato una carta del juez del Cpndado de Dallas que la intimaba de cerrar inmediatamente.
En respuesta, Shelley ha hecho pública su historia, negándose de suspender sus actividades. Las consecuencias, para ella, han sido duras: no solo ha recibido una multa de 7000 dólares sino que visto la contínua reticencia a cerrar y disculparse por su comportamiento, la mujer ha sido incluso condenada a 7 días de prisión.
Una decisión dura y ejemplar, justificada por la corte por la constante negativa de la mujer a "disculparse por su comportamiento irrespetuoso hacia las instituciones y la entera comunidad. Los jueces, de hecho, han insistido sobre el hecho que, en una situación excepcionalmente grave como esta, ninguno puede permitirse de actuar solo siguiendo sus necesidades personales, aunque sean justas y sacrosantas.
La Luther, incluso, ha replicado afirmando de no tener miedo de las sanciones y de no haberse comportado en absoluto de modo egoista, visto la necesidad de ganar para poder vivir. Una historia que refleja a la perfección los tiempos que estamos viviendo y que de seguro tiene sus aspectos polémicos. No queda que esperar que todo esto termine pronto y que todos podamos volver a la normalidad.
