Si un niño no respeta a los padres y abuelos no sabrá respetar a los demás: los psicólogos lo confirman

por Patricia Zorzenon

06 Octubre 2019

Si un niño no respeta a los padres y abuelos no sabrá respetar a los demás: los psicólogos lo confirman
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La infancia es aquel período de la vida en donde se forma nuestra personalidad. Por esto, padres y abuelos, las figuras más involucradas en la educación de los niños, buscan de transmitirles todos los valores en donde creen y que retienen fundamentales también para el vivir social.

Entre estos, el respeto es seguramente la base de la formación de la personalidad de un niño o adolescente. Pero no siempre es un camino tan fácil y lineal. 

via Psychology Today

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popofatticus/Flickr

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A menudo, muchos adultos se orientan hacia un enfoque educativo que ayuda al niño a desarrollar la autonomía sin métodos considerados demasiado duros. Pero ocurre que muchas veces se pasa desde un plano autoritario a un plano de extrema permisividad en donde el niño no logra a elaborar el "No" o a entender que hay límites sanos que necesitan seguir.

Incluso si a menudo son los abuelos a ser acusados de excesiva permisividad, cumpliendo todas las necesidades de los nietos, no es raro que lo sean incluso los mismos padres. Esto lleva al niño a estar confuso y a no tener una verdadera guía que lo ayude a desarrollar una personalidad fuerte pero no arrogante.

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Pixabay

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En este modo los niños se vuelven prepotentes pero también inseguros, porque crecen sin entender cuales son los límites respecto al cual interactuar con el mundo circunstancial. Un niño que no respeta a los padres y abuelos ¿estará en grado de respetar las reglas o de interactuar en manera sana con los otros? Probablemente no, y terminará con tener problemas de socialización.

Para crecer un niño sano y también respetuoso, más de las palabras o de las amenazas (un tanto equivocadas, sino peor), cuantan los hechos. Es necesario dar el ejemplo comportándose con respeto hacia el prójimo, hacia el medio ambiente y la sociedad.

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Inútil desaprobar al niño si luego él mismo asiste a comportamientos de falta de respeto de abuelos y padres. Educar a los niños al respeto y a la gentileza no quiere decir dejarlos hacer aquello que quieren, sino guiarlos indicando sus límites y posibilidades, acompañándolos lentamente a lo largo del camino del crecimiento.

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