Se ofrece a llevar las compras a la casa de un anciano, pero cuando entra siente un olor extraño

por Patricia Zorzenon

20 Mayo 2023

Se ofrece a llevar las compras a la casa de un anciano, pero cuando entra siente un olor extraño
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Héroes no se nace y ni siquiera hay una forma ya escrita para convertirse en uno. Es quizás un don escondido, una cualidad que se revela en pocas personas durante el momento de la necesidad. Seguramente para hacer la diferencia no se necesita quizás realizar gestos extraordinarios y descarados. A veces incluso una buena palabra o un pequeño acto de amabilidad pueden tener un fuerte impacto en la vida de alguien.

En este caso de las bolsas de las compras que se movieron unos metros más de distancia desencadenaron un evento que terminó con la salvación de dos vidas humanas.

via Newsbreak

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Jessica Higgs / Facebook

Jessica Higgs / Facebook

Jessica Higgs es una madre que trabaja como repartidora: entrega comida. En pocas palabras, hace las compras de terceros y luego las entrega hasta la puerta de la casa de los clientes. Pero el punto no es su trabajo, al menos no del todo.

La historia transcurría en un día laboral normal y ordinario de Jessica: estaba yendo a entregar las bolsas de las compras a uno de sus clientes, pero cuando llegó a destino algo no la "convenció".

La mujer de hecho quedó muy impresionada con el cliente, un hombre muy anciano que aparentemente vivía solo: parecía cansado, debilitado y enfermizo. Jessica percibía "hasta dentro de sus huesos" que esa circunstancia era extraña e intentaba decirle algo, hacer algo...al final se decidió: "discúlpeme, deje que lo ayude..."

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Korman / Wikimedia Commons - Not the actual photo

Korman / Wikimedia Commons - Not the actual photo

Sabía que estaba adoptando un comportamiento poco profesional y que se tendría que haber limitado a dejar esas bolsas llenas de comida delante de la casa del hombre, sacar una foto de la entrega y luego volver al auto.

Pero su instinto le gritaba hacer más: "deje que le lleve yo las compras hasta dentro de su casa, no se preocupe, dígame dónde quiere que deje los productos y lo haré", se ofreció amablemente Jessica.

El anciano señor le agradeció mucho y tambaléandose, le dio instrucciones a la mujer sobre dónde poner las bolsas. Al hacerlo, nuestra protagonista, inevitablemente entró en la casa del individuo y pudo echar un vistazo rápido a su alrededor. Lo que percibió la alarmó aún más...

En esa casa había un olor extraño...al inhalar tan sólo por unos segundos el aire presente dentro de la casa, Jessica se mareó. Gas. Debía haber una pérdida en algún lugar, entonces la mujer comenzó a mirar a su alrededor. Al final vio un gran tanque de propano en la cocina.

Aunque no estaba segura de nada se sintió con el deber de actuar: le envió un mensaje a la hija del anciano donde exponía sus dudas y la alarmaba. La hija, de hecho, era responsable de la orden de compra y Jessica tenía su número de teléfono. La mujer, apenas fue informada de las circunstancias, intervino rápidamente enviando a su hijo a que investigue más a fondo el asunto.

Al día siguiente Jessica se echó a llorar: ¡esa chica la había vuelto a llamar para agradecerle desde lo profundo de su corazón! Efectivamente había una pérdida de gas en ese departamento y su rápida notificación salvó dos vidas: ¡la del anciano padre y la del hijo menor de la joven!

Por lo que Jessica quiso grabar un video contando toda la historia para que circule un importante mensaje: "¡Si ves o escuchas algo y piensas que puedes ser de ayuda, entonces actúa! Haz un paso de más: podría realmente hacer la diferencia".

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