Obrero se fija en un anciano que todos los días observa su trabajo: entabla una fuerte amistad con él

por Patricia Zorzenon

17 Diciembre 2022

Obrero se fija en un anciano que todos los días observa su trabajo: entabla una fuerte amistad con él
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Muchos de nosotros soñamos con llegar a la edad jubilatoria después de años de trabajo y esfuerzo para seguir adelante. Sin embargo, lo que la mayoría de las personas tiende a subestimar es la excesiva cantidad de tiempo libre que implica lograr este objetivo, pero sobre todo los sentimientos que uno siente cuando se deja de hacer un trabajo que se repitió durante muchos años, convirtiéndose en una fiel rutina.

Un operador de grúa aprendió en primera persona lo importante que es amar su trabajo cuando conoció a un hombre que ya no podía trabajar, pero que todavía tenía valiosos consejos que dar.

via Amomama

Pexels - Not the Actual Photo

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El operador de grúa Shawn Beveridge estaba trabajando en un sitio nuevo de construcción cuando se dio cuenta que un hombre anciano estaba observando el trabajo de su equipo. Después de cruzarse las miradas, pensó que era un jubilado aburrido y continuó con su trabajo. Sin embargo, los días pasaban y Shawn comenzó a darse cuenta que el anciano estaba siempre allí, a diario, con la lluvia o con el sol, como un fiel visitante: acudía todas las mañanas a las 7 en punto, se alejaba para comer un bocado en el momento del almuerzo y se iba cuando la construcción cerraba.

Intrigado, un día Shawn se acercó al jubilado y comenzó a hablar con él. La breve charla con el anciano se transformó en una conversación de horas: el hombre se llamaba Harold y vivía en el hogar de ancianos cerca de su ex lugar de trabajo. Contó que había realizado el trabajo de operador de grúa durante cincuenta años y que todos los días se divertía mucho mirando el trabajo de Shawn.

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Sorprendido y enternecido por la historia, Shawn le propuso un pacto a Harold: todos los días, durante el almuerzo, Shawn se sentaría junto a Harol para ofrecerle una taza de café y un almuerzo 2 veces por semana. A cambio, Harol tendría que darle consejos sobre su trabajo y hablaría un poco.

Obviamente, Harol aceptó felizmente el acuerdo con Shawn. En las siguienes semanas, los dos aprendieron mucho y disfrutaron de la recíproca compañía, convirtiéndose en excelente amigos. Es increíble lo que se puede dar y recibir a cambio ofreciendo un simple gesto bondadoso. ¿Están de acuerdo?

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