Una madre es criticada por sus tatuajes: "Los otros padres se desvían del camino para no encontrarse conmigo"

Los tatuajes siempre han sido un tema controvertido y hoy en día, un mundo en el que los jóvenes se tatúan frecuentemente, aún más. Muchas personas no pueden aceptar que se trate de una forma de arte y por esto, se sienten obligadas a juzgar a quienes los llevan. Sin embargo, también es verdad que no se debería juzgar a nadie por ningún motivo del mundo, dado que cada uno de nosotros tiene una propia historia personal que nadie puede poner en discusión.

Amy Smith es una joven madre que trabaja como tatuadora. La joven de 23 años inglesa está completamente tatuada de la cabeza a los pies, pero eso no le impide ser una buena madre. Sin embargo, dice estar muy triste cuando los padres de los demás niños se desvían del camino para no cruzarla.

Amy Smith es una mujer de 23 años, que se ha convertido en madre bastante joven de dos hijos, Elia de 6 años y Remy de 1 año. Amy fue también precoz en comprender que trabajo quería hacer de grande, dado que ya a los 13 años tatuaba. Los tatuajes, de hecho, la acompañaron durante toda su vida y siguen siendo protagonistas y la hacen protagonista de diferentes discusiones. Ella misma, sin embargo, admitió que sus tatuajes comenzaron a ser "repentinamente más llamativos" cuando se convirtió en madre. Cuando va a buscar a su hijo a la escuela, por ejemplo, algunos padres cruzan la calle para no cruzarse con ella; en las reuniones de clase o en las entrevistas con los profesores, y en otros contextos escolares, la joven tatuada es a menudo objeto de discusión. Afortunadamente, ella misma dice estar haciendo un buen trabajo con sus hijos que, a diferencia de muchos adultos, aceptan la diversidad y tienen una mentalidad muy abierta.

La joven está bastante triste cuando ve ciertos comportamientos por parte de los demás padres y, desafortunadamente, las ocasiones en las que permanece vícitima de prejuicios no están ligadas solamente a la escuela de sus hijos: cuando entra en ciertos negocios, por ejemplo, los guardias en la entrada la siguen debido a su aspecto. Lamentablemente, hay muchos estereotipos y prejuicios con respecto a las personas tatuadas y Amy lo sabe bien dado que todos los días lucha para defender su libertad de expresión. Dice que se siente insegura, a veces, por sus tatuajes, pero ciertamente no como madre y lamenta que sus hijos hayan tenido que presenciar a ciertas críticas y a ciertos comentarios negativos hacia ella. El hijo más grande, a veces, finge hacerle otro tatuaje para animarla, cuando la ve triste.

A pesar de todo esto, Amy dice que no se arrepiente en absoluto haberse tatuado tanto y por lo contrario, dice que los tatuajes le han cambiado la vida, dándole increíbles oportunidades. A pesar de los comentarios pesados que recibe a veces, Amy asegura que se siente cómoda con ella misma y desea que también sus hijos sientan lo mismo por su apariencia.

¿Y ustedes qué piensan? ¿Cambiarían de camino también ustedes si se encontraran con Amy en la calle o tienen una mentalidad más abierta?