Madre e hijo sin trabajo se encuentran viviendo en una plazoleta de la autopista: la policía los ayuda
Encontrar un trabajo estable y bien pagado siempre es más difícil hoy en día, incluso con un buen nivel de instrucción. En Italia, pero también en otros países, la llegada del Coronavirus no hizo otra cosa que empeorar las condiciones ya precarias en el que estaba el país. Muchas familias han quedado sin un sueldo mensual fijo sobre el cual contar y lograr vivir solo con subsidios ocasionales no es absolutamente posible. No asombra más, entonces, ver como algunas personas se reeducan viviendo con poquísimo dinero al mes, quizás habitando en un auto o no comiendo por días. Una mamá y un hijo desesperados, originarios del sur de Italia, se encontraron sin trabajo y en consecuencia, sin un lugar donde ir. Ambos han encontrado una solución práctica en verdad desesperada: se trasladaron al auto, en una plazoleta al costado de la autopista.
via La Nazione
A encontrarlos en el área de servicio de la autopista, en la provincia de Terni, ha sido la policía local. Ella, 50 años, y el hijo 25, vivían desde hacía una semana en su automóvil, no pudiendo permitirse pagar un alquiler para una verdadera casa. La familia residía en el Norte desde hacía varios años, no obstante era originaria del Sur de Italia. Sin embargo, ahora las cosas han cambiado radicalmente, han detallado a los agentes como han vivido esa semana: se lavaban en la estación de servicio y reclinaban los asientos lo máximo posible, para dormir a la noche. Los agentes intervinieron solo porque habían recibido diferentes llamadas de parte de personas que sospechaban al ver el mismo auto, siempre en el mismo lugar. Inicialmente los dos agentes a cargo se acercaron al auto y han tratado de entender si la situación era de verdad sospechosa, pero después de un breve intercambio de palabras han entendido que aquella mamá y su hijo no sabían simplemente donde ir: "Nos ha golpeado de inmediato la dignidad de las dos personas en el auto: al comienzo estaban un poco preocupadas y temerosas, pero luego se abrieron y han comenzado a contarnos".
Wikimedia / not the actual photo
La mujer había perdido el trabajo y también la casa, mientras que el hijo no había encontrado trabajo. Se habían refugiado en el auto y habían llegado a aquellos lugares porque la mujer recordaba haber estado de niña con el padre: "De pequeña frecuentaba con mi padre estos pueblos y aquí me siento de verdad en casa: estos lugares me dan un poco de apoyo y consuelo para soportar nuestro sufrimiento", ha dicho la mujer. Una vez que fue escuchada la conmovedora historia, los dos agentes han decidido actuar inmediatamente, pagando del propio bolsillo algunos alimentos esenciales para entregarle a la familia, ya sea pasta, leche, bizcochos y legumbres. Después de eso, el comandante de policía informó estar dispuesto a pedir en todos lados si era posible hacer trabajar a la mujer y también al hijo de 25 años, dependiendo de cuales eran las funciones de los dos.
Esperemos que esta situación, como tantas otras, pueda tener un digno final feliz, porque es eso que estas personas merecen.
