Un conductor de autobús es agredido y asesinado por algunos pasajeros que no querían usar la mascarilla

por Patricia Zorzenon

21 Julio 2020

Un conductor de autobús es agredido y asesinado por algunos pasajeros que no querían usar la mascarilla
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Las crónicas de todo el mundo están llenas de casos en donde, trabajadores de los transportes públicos son heridos e incluso pierden la vida haciendo su propia tarea. A veces los culpables son simplemente individuos que viajan sin boleto.

En otras circunstancias los funcionarios intervienen para defender a las personas más débiles como mujeres o ancianos, de ladrones, violentos o malintencionados.

via CNN

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Goizeder Taberna/Twitter

Goizeder Taberna/Twitter

En Julio del 2020, en la ciudad de Bayonne, en el sur oeste de Francia, un conductor de autobús fue asesinado por las palizas sufridas de algunos pasajeros. Éstos últimos habrían reaccionado con una inaudita e injustificada violencia, con el pedido de usar la mascarilla, como está establecido por las actuales normas de seguridad anti Covid-19.

Philippe Monguillot, este es el nombre del conductor, tenía 59 años y murió luego de 5 días de agonía en el hospital. Como responsables han sido identificados dos hombres de unos 20 años, acusados de intento de homicidio. Otros dos pasajeros han sido imputados por omisión de socorro, por haber asistido a lo ocurrido sin hacer nada.

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Una quinta persona ha sido considerada responsable de haber intentado ocultar a uno de los sospechosos. Miles de personas, luego de los hechos, salieron a las calles, vestidos de blanco, para partecipar a la marcha en honor a Monguillot. Por comenzar por el alcalde de la ciudad Jean-Rene Etchegaray, hasta el Primer Ministro francés Jean Castex, todas las instituciones han  duramente condenado el acto barbárico. Las condolencias y la cercanía se le han expresado a la familia.

El episodio hizo abrir el debate sobre la seguridad de los trabajadores del servicio metropolitano, de la carretera y el ferrocarril. La discusión fue más allá, hablando de responsabilidad cívica y cultural de la entera comunidad. Un robo o un secuestro, que no son justificables, pueden encontrar una explicación en la necesidad. Un gesto de este tipo es en cambio absolutamente insensato, el resultado de una maldad innata y una psicopatía peligrosamente cada vez más difundida.

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