Un recolector de basura viudo llora de alegría cuando la hija se gradua en Medicina y le agradece por sus sacrificios
Para un padre, especialmente si es de origen humilde, ver a un hijo perseguir sus sueños y obtener éxito en la vida es una de las alegrías más grandes que puedan existir. Estamos hablando de todas aquellas personas que, entre muchas dificultades y quizás con un trabajo que requiere mucho esfuerzo, logran ayudar a los jóvenes hasta su graduación, asegurándoles un futuro mejor de los que han tenido tanto el padre como la madre.
Y cuando llega el evento tan esperado, es difícil contener la felicidad y la emoción, porque estamos frente a situaciones en donde hasta los orígenes más humildes no han obstaculizado la tenacidad, la fuerza de voluntad y el deseo de realizar algo enorme. Un espléndido ejemplo, en este sentido, es la historia que estamos por contarles. ¿Los protagonistas? Una joven y su humilde padre viudo, que tiene como profesión ser recolector de basura.
via MasTvEs
Estamos en Goiania, en Brasil, ciudad donde Don Tales Pereira ha desarrollado por muchos años el trabajo de recolector de basura. No se trata de una profesión distinguida, y este hombre lo sabe bien, pero todo esto no le impidió garantizarle a su hija Aline una vida positiva. Es cierto, para él las cosas no han sido fáciles, especialmente cuando se quedó sin su mujer, fallecida por un cáncer en el estómago. Al quedarse solo con su hija, Pereira decidió no darse por vencido jamás.
Trabajando con sacrificio y esfuerzo, se dedicó a su hija, asegurándose que no le faltara nada. Así, la joven pudo estudiar hasta la universidad, seleccionada por tres prestigiosas universidades. Eligió Medicina, una dirección más bien no tan simple, por el cual los estudiantes deben esforzarse con mucha dedicación. Aline fue hasta el final, graduándose y especializándose en Gastroenterología, para tener la oportunidad de ayudar a muchos pacientes afectados por estas patologías similares a las que tenía su madre.
Apenas recibió su prestigioso título, Aline no perdió su tiempo y fue corriendo a agradecerle a su padre. Su primer pensamiento, de hecho, ha sido a quien, durante esos años, la ha siempre ayudado y no le ha hecho jamás faltar los recursos humanos y económicos para seguir adelante. "Eres mi gran ejemplo de lucha y determinación", le ha dicho la joven al padre emocionado por la felicidad.
Una alegría del todo merecida que, luego de tanto dolor y tantos sacrificios, es la justa recompensa para esta maravillosa familia. Historias como esta no pueden hacer otra cosa que hacernos reflexionar sobre lo importante que es tener que ser fuertes y especialmente la relación que une padres e hijos, más allá de las adversidades. ¡Felicitaciones a esta joven doctora!
