En plena pandemia está obligada a pedir limosna junto a su hijo discapacitado para pagar el alquiler

por Patricia Zorzenon

15 Mayo 2020

En plena pandemia está obligada a pedir limosna junto a su hijo discapacitado para pagar el alquiler
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El estallido de la epidemia por Coronavirus está poniendo de rodillas a la economía de muchos países, pero es también verdad que quien siempre ha tenido que luchar para llegar a fin de mes se encuentra ahora en problemas más serios. Con el confinamiento se han reducido las actividades, muchas de las cuales han quedado detenidas por meses enteros; quien podía contar con un salario mínimo cada mess, ahora no está en grado de pagar el alquiler o de poder hacer las compras. Se trata de situaciones dramáticas en donde es difícil resurgir con dignidad. Catalina García Pérez, una mujer de 62 años que vive en Lo de Fuentes, una zona de Mixco, en Guatemala, es tan pobre que no obstante la pandemia, está obligada a salir por la ciudad a pedir limosna. Como si no bastara, tiene que llevar al hijo discapacitado en sus espaldas durante todo el día.

via Facebook / CANAL 5 Mega Vision El Progreso Achuapa

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Catalina para sobrevivir se encuentra obligada a pedir limosna en la calle, a pesar de que haya una epidemia en todo el mundo. La mujer tiene un hijo de 37 años a cargo, Geronimo, el cual no puede moverse ya que es discapacitado, justamente por este motivo, se encuentra en la obligación de cargarlo en sus hombros llevándolo todos los días con ella.

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La mujer se mueve por las calles de la ciudad en busca de alguna moneda para poder pagar el alquiler. Para ser precisos, Catalina busca de juntar cada mes 100 dólares para poder pagar el alquiler de su casa. Juntos llevan una máscara protectora, pero no pudiendo quedarse en sus casas, de todos modos están expuestos de manera peligrosa al virus. Tiene una bandera blanca en la mano, hecha de lo que parece ser una bolsa de plástico, y reza para que alguien le dé algo de dinero, especialmente porque está atrasada con el pago del alquiler.

Hay quienes no pueden "quedarse en sus casas" en este momento tan dramático para todos, porque simplemente no tiene un lugar seguro donde refugiarse y esperar que la epidema siga su curso. Catalina es una de las tantas personas desesperadas que no pueden permitirse casa nada y que luchan cada día para obtener lo mínimo indispensable.

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