En amor, la fidelidad es siempre un placer y nunca un sacrificio

por Patricia Zorzenon

12 Julio 2019

En amor, la fidelidad es siempre un placer y nunca un sacrificio
Advertisement

Parece una banalidad, pero el amor resiste a cualquier tipo de dificultad: a la distancia, a la falta de dinero, a la enfermedad o a la falta de confort. A lo que no se puede sobrevivir es a la falta de verdad. Es más simple de cuanto se piensa: quien ama no traiciona. Si se ama a una persona y se elige de compartir con ella las propias emociones, experiencias y sentimientos, no se pueden tener dudas en mérito a la fidelidad. Si se tiene la exigencia de explorar otras orillas, significa que no hemos encontrado el verdadero amor. La fidelidad en una relación viene antes de cada otra cosa, es un silencioso acuerdo en donde se empeña de respetarse uno al otro, sin algún tipo de sacrificio.

Advertisement
Unsplash

Unsplash

Las traiciones, sin embargo, son una realidad casi a la orden del día que, ya, no nos sorprende ni siquiera más. ¿Que es una cosa difícil de encontrar el "verdadero amor"? Seguramente no es una cosa simple, sobre todo al día de hoy, donde si hojeamos catálogos online de personas, elegidas o no sobre la base de un puñado de fotos y alguna frase social de afecto. Todo aquello sensiblemente ha amplificado la incapacidad de muchos, de empeñarse en una relación. Es natural que vivir una relación de pareja lleva un cierto trabajo, pero es también obvio que este componente no debe jamás superar la alegría y el placer que son la base de la relación. No se puede estar junto a alguien solo para "honrar un compromiso", incluso sabemos bien que después de una primera fase inicial, la pareja tiende a caer en la rutina. Algunos estudios han confirmado que algunas parejas se unen y se casan sin conocerse aparentemente a fondo, pero solo porque el matrimonio o la convivencia aparecen como las "tapas obligadas" de poner en el propio curriculum personal.

Advertisement
Unsplash

Unsplash

Es propio esta superficialidad, este modo de pensar como si fuera todo un juego- si funciona bien, de otro modo amigos como antes ( en el mejor de los casos)- que preanuncia a menudo la posibilidad de traición. Pero empeñarse en una relación no es un juego y por esto, se debería afrontar con más sinceridad y honestidad, dando el justo valor a los sentimientos de ambos y respetándose siempre. Al día de hoy las espectativas son muy altas y la paciencia de llegar a los objetivos son siempre menos: es la época de "todo y rápido", en donde construir alguna cosa con cuidado y paciencia choca fuertemente con la urgencia de llevarlo a cabo. Aquí entonces, el deseo de cambiar de página tan repentinamente y escaparse frente a la primera dificultad ya no es sorprendente.

Pero el amor, el verdadero, lo resiste todo. Excepto por la falta de verdad.

Advertisement