Padres, ¡para educar a los niños se necesita saber decir también NO!

por Patricia Zorzenon

10 Julio 2019

Padres, ¡para educar a los niños se necesita saber decir también NO!
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Los caprichos, los llantos y los gritos son parte integral del ser niños, más bien se podría decir que cuando sucede estan solo "haciendo su trabajo". Sin embargo no se pueden consentir siempre todos los pedidos y creer que decir que "si" es una estrategia útil para calmar a los propios hijos es absolutamente una ilusión. Se tiene más que nada el efecto contrario, en cuanto los jóvenes comienzan a creer de tener el poder de obtener cualquier cosa.

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 Al día de hoy las madres y los padres tienen casi el terror de desconformar a los propios hijos y es así que terminan por darles ganada todas las veces. Consentir cualquier deseo es un peligroso atajo, que alimentan a aquellos que no tienen ganas o tiempo para afrontar a los hijos y hacerlos comprender el valor de la educación.

En vez de reservar momentos de calidad al niño se lo tiene ocupado en una marea de actividades, casi de tener que competir con las otras familias en quién de los hijos tiene más capacidad. La infancia y la adolescencia sin embargo son la mejor edad donde se debe descubrir incluso el aburrimiento, el no hacer nada, dedicándose simplemente al juego.

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 Para cambiar las reglas y obtener mejores resultados se necesita aprender como interactuar con los niños y hacerlo también en el momento justo. Inútil intentar de explicar las propias reacciones en pleno ataque de rabia, ¡mejor esperar que se calmen las aguas!

Discutiendo con calma se puede hacer comprender que tales comportamientos son equivocados y tenerlos quiere decir encontrarse solos sin ningún otro que quiera jugar junto a él. La buena comunicación es también incluso cuestión de comportamiento y de perspectiva: gritar a un niño diciéndole que es malo es contraproducente, porque el problema no es él sino solo su comportamiento.

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 Cualquier expresión, verbal o física, es un medio para manifestar un estado emocional, una cosa natural y necesaria. Es necesario solo canalizar estas sensaciones en el modo correcto, demostrando que hay otros modos para hacerlo mas allá de los llantos y los gritos.

Un óptimo sistema para enseñar a los hijos a ser más disciplinados es confiarles tareas domésticas, haciéndoles sentir útiles y responsables. Para terminar no se necesita jamás olvidar de no exigirles demasiado porque al final de cuentas siempre se trata de niños. Y recuerden que cada momento de confrontación serio debe ser luego equilibrado con espacios dedicados al juego y al relax, para dar tiempo al pequeño de elaborar todo a su modo.

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