No obligar a los niños a besar a los adultos: tienen todo el derecho de decidir con quien y como relacionarse

por Patricia Zorzenon

26 Febrero 2019

No obligar a los niños a besar a los adultos: tienen todo el derecho de decidir con quien y como relacionarse
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Las manifestaciones de afecto deberían ser siempre espontaneas, no dictadas de convenciones o imposiciones. Eso vale a mayor razón para los niños que no teniendo los filtros y las sobre estructuras sociales de los adultos deben poderse comportar en las relaciones de manera autónoma, decidiendo solos como y a quien abrirse mayormente.

Los psicólogos ponen en guardia de hacer sentir también lejanamente a los niños forzados a besar alguno o a tener comportamientos que de solos no lo harían.

via parents.com

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mark sebastian/Flickr

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Cuántas veces los padres empujan a sus hijos un poco reacios a saludar a familiares o conocidos que dicen cosas como "dare un beso a la tía" o "abraza al abuelo", etc.

No se trata solo de timidez o falta de sociabilidad, porque en ese momento el niño está haciendo una elección precisa en la forma en que maneja la confianza y la intimidad a través del contacto físico. Muchos expertos opinan que obligar a los pequeños a mostrar afecto cuando no tienen el estímulo o el deseo es una especie de violación de su zona de confort.

Exagerando este proceso mental, algunos argumentan que la costumbre de imponer este tipo de comportamiento puede influir negativamente en el desarrollo emocional del niño. Un individuo en crecimiento puede volverse más vulnerable, ser más fácilmente forzado a hacer algo de un adulto e incluso estar más expuesto al riesgo de abuso sexual.

Esta obviamente es una exageración que tiene sin embargo, el objetivo de sensibilizar a los grandes y a respetar los tiempos y los espacios de los mas pequeños, sin que sean por fuerza obligados a hacer cosas que no desean. Tramite este tipo de coacciones aparentemente inofenciva, el niño puede además aprender a fingir afecto, adquiriendo así la oscura capacidad de disimular los propios sentimientos con los demas.

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MFer PhotographyFlickr

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Para ayudar a los mas pequeños a tutlera el propio cuerpo y la propia dimension afectiva, mostrandose igualmente educados hacia los demas, se les puede enseñar por ejemplo a dar la mano, a "cerrar el puño" o "dar los cinco", en manera simpatica. En este modo el niño podra seguir el propio ritmo de adaptacion personal, sin ofender la sensibilidad de las personas.

La prioridad debe ser siempre el bienestar de los propios hijos, por la cual se necesita hacerles entender que ninguno puede obligarlos a dejarse tocar si ello los pone en dificultad. Un niño sabe solo cuando dejarse ir a una mayor intimidad fisica, y lo hará espontáneamente en el momento justo.

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