Está obligada a vender la casa de sus sueños porque logra ver a sus vecinos hacerse la ducha desde la cocina

por Patricia Zorzenon

23 Abril 2021

Está obligada a vender la casa de sus sueños porque logra ver a sus vecinos hacerse la ducha desde la cocina
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La compra de una casa es siempre muy complicado, no solo por una cuestión económica, sino también porque se necesita tomar en consideración toda una serie de parámetros que podrían no satisfacer nunca al comprador. Según las necesidades personales, se comienza a buscar y luego elegir la "casa de sus sueños": Pauline Boyd y su marido se mudaron a Escocia, en una localidad rural donde poder estar más en contacto con la naturaleza y más cerca a la propia familia, creyendo haber hecho la mejor elección. En efecto, la casa elegida respetaba a pleno las exigencias de ambos. Es una verdadera lástima que casi 3 años después de la compra y varios trabajos de restructuración, haya sido construida una nueva unidad habitacional a dos pasos de la de ellos. La nueva casa está tan cerca y tan mal dispuesta, que Pauline puede ver a los vecinos hacerse la ducha, ¡directamente desde su cocina! La situación es tan bochornosa e insostenible, que la mujer quisiera vender la casa a toda costa.

via Daily Record

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Facebook / Halliday Homes

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Se necesita seguramente una cierta dosis de suerte cuando se realizan elecciones importantes como por ejemplo, la compra de una casa, pero es también cierto que algunos eventos no se pueden preveer. Pauline Boyd no podía imaginar que alguien habría construído en un modo tan bizarro e inesperado, una nueva casa con un garage y un baño que se asoma sobre su cocina. En práctica, mientras cena en compañía de su marido, puede ver a los vecinos hacerse la ducha y no hay modo de evitarlo, sino cerrando las ventanas. ¿Pero que sentido tiene ir a vivir en la naturaleza "más salvaje" si luego no puede ni siquiera disfrutar la luz natural de la casa? Pauline no tiene ninguna intención de encerrarse en la casa, pero la situación se volvió tan estresante que tanto ella como su marido se sienten como peces rojos en un acuario demasiado pequeño.

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Facebook / Pauline Gormley Boyd

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"Hemos llegado al punto donde nuestro nivel de estrés está de verdad en las estrellas y comienza a tener un serio impacto sobre nuestras vidas: debemos tener las persianas cerradas, ¡pero no queremos hacerlo!" ha contado Pauline. Ahora, lamentablemente, la pareja ha sido obligada a poner en venta la casa, no obstante hayan hecho trabajos de restructuración y ya sea Pauline como el marido tuvieran la intención de quedarse en aquella zona por largo tiempo. El caso de Pauline Boy igualmente ha sido atentamente revisado, así como sus denuncias y sus reclamos, pero lamentablemente ha sido cometido un error desde el principio, con la construcción de la nueva casa. Ahora, esperamos que semejantes errores no se repitan.

¡Una verdadera lástima, porque la casa parece de verdad hermosa!

¡Una verdadera lástima, porque la casa parece de verdad hermosa!

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