Según un estudio, las personas que se enrojecen a menudo son más confiables y generosas

por Patricia Zorzenon

18 Septiembre 2019

Según un estudio, las personas que se enrojecen a menudo son más confiables y generosas
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El famoso naturalista y antropólogo Charles Darwin, padre de la teoría sobre la evolución, ha descrito al ser humano como "única especie conocida en poseer la capacidad de enrojecerse".

Esta reacción espontánea y fisiológica a una situación "incómoda" es considerada sintomática de las personas tímidas e inseguras. Incluso, según una investigación científica el enrojecimiento en las mejillas es también típico de los individuos más confiables y generosos, aquí explicado el porqué.

via University of California, Berkeley

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Il Diario di Bridget Jones/StudioCanal

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Cuando uno se siente avergonzado, el cuerpo pone en acción una serie de procesos neuroquímicos que estimulan la producción de adrenalina, hacen acelerar el latido cardíaco y la respiración. a mayor suministro de sangre llega entonces también a los vasos más superficiales, revelando el propio estado de ánimo a través del enrojecimiento sobre la piel del las mejillas. Todo se desencadena en pocos instantes, partiendo del sistema nervioso simpático, sin que se tenga el control racional o la posibilidad de detenerlo. 

Pero está justo en esta natural espontaneidad la fuerza positiva del enrojecimiento, ya que esto revela una vulnerabilidad y una sinceridad que supera la desconfianza de aquellos que se tienen enfrente, inspirando simpatía inmediata.

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Unsplash

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 Enrojecerse es también un involuntario mensaje no verbal que provoca atracción en un potencial interlocutor, porque viene interpretado como agradable emoción en el estar juntos, tierno pudor y sentido de intimidad. Además desde siempre, el enrojecimiento en las mejillas está ligado a la buena salud, radiantes, tanto que las mujeres tienden a enfatizarlo mediante el maquillaje.

En detalle, la mencionada investigación publicada sobre el Journal of Personality and Social Psychology ha observado el comportamiento de casi 60 estudiantes universitarios empeñados en contar los momentos embarazantes de la propia vida.

Entre los varios signos reveladores (cubrirse el rostro, bajar la mirada, etc.) enrojecerse es aquello que mayormente ha generado una conexión entre los interlocutores, creando confianza y ayudando a romper el hielo mejor de cualquier otra estrategia. A la luz de estos actos, quien tiene la tendencia a volverse como una langosta cuando se siente un poco incómodo haría bien a no esconderlo. Es más; esta es una verdadera y propia virtud.

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