Si tienen un deseo imparable de comer dulces, es posible que duerman poco o no lo suficiente

por Patricia Zorzenon

12 Noviembre 2021

Si tienen un deseo imparable de comer dulces, es posible que duerman poco o no lo suficiente
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¿A quién no le gusta comer dulces? A pesar de que todos sabemos que abusar de ello es malo para la salud, está claro que si en el mundo no existiera este placer tan dulce y azucarado, la vida sería definitivamente más amarga. En momentos de tristeza y de gran malestar, sabemos que una barra de chocolate, una porción de torta o un pastelito sabroso pueden hacer que nuestro día sea mejor en un instante. ¿Pero han pasado alguna vez períodos en sus vidas en los que hayan notado el deseo frecuente incontenible de querer comer algo dulce? No es sólo pura codicia, sino que podría haber mucho más detrás...

via CNN

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Pxhere

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Según un reciente estudio científico, un deseo incontenible de comer dulces de cualquier tipo podría estar inesperadamente ligado a la calidad de nuestro sueño; de hecho, una investigación realizada por el Irving Medical Center de la Universidad de Columbia, publicado en el Journal of the American Heart Association, destacó el vínculo que puede formarse entre la pésima calidad de sueño y el consumo de dulces o alimentos grasos. El estudio examinó los hábitos alimenticios de unas 500 mujeres estadounidenses en un rango de edad entre los 20 y los 76 años y enfatizó el hecho que quienes se lamentaban que a menudo descansaba mal de noche, habían consumido durante el día una cantidad de dulces y alimentos grasos por encima del promedio recomendado.

En pocas palabras, el estudio sacó a la luz estos números: quienes tenían una calidad de sueño menor al promedio o sufrían más insomnio, consumían durante el día desde 500 a 800 calorías de más, compuestas por el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares procesados y cafeína en comparación con una dieta caracterizada por cereales integrales y fibras.

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Son of Groucho/Flickr

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Según las afirmaciones de Brooke Aggarwal, una de las autoras del estudio, "Cuando dormimos mucho menos o mal o sufrimos de insomnio, nuestras hormonas pueden estimular al apetito, tanto es así que una de las consecuencias es que cuando estamos cansados nos guiamos más por las emocionas, y tomamos decisiones más instintivas e irracionales, como por ejemplo meternos comida poco saludable y bienestar psicológico."

Los resultados de este estudio científico quieren poner en evidencia el hecho que la calidad del sueño no es en absoluto de menor importancia, de hecho es un aspecto fundamental de nuestra vida y de nuestra salud psico-física. A todos nos gusta comer una vez cada tanto un buen dulce para animarnos, pero por favor, ¡no abusemos!

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