Tener una amiga envidiosa puede ser una de las relaciones más tóxicas que se puedan jamás construir

por Patricia Zorzenon

03 Junio 2019

Tener una amiga envidiosa puede ser una de las relaciones más tóxicas que se puedan jamás construir
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Con los enemigos se hace la guerra, pero se puede tambièn llegar a hacer las paces, de ellos podemos ser atacados, pero esperándolo es tambièn muy probable lograr a defenderse. El discurso cambia cuando el peligro se esconde al lado nuestro, cuando las personas que se consideran aliadas o confiables cavan secretamente sentimientos negativos. Este tipo de personas vienen llamadas "frenemy", un tèrmino oxímoron inglès que en el caso esta indicando a una amiga envidiosa.

via businessinsider.com

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Craig Loftus/Flickr

Craig Loftus/Flickr

En la vida de una mujer una frenemy puede considerarse de todas las edades, desde la infancia a la madurez y es aquel gènero de compañía que incluso afirmando de ser una amiga, nutre pensamientos que no tienen nada que ver con el respeto o el afecto.

Una amiga envidiosa se coloca junto a la persona objeto de sus celos, porque desde aquella posición privilegiada puede saber cada osa, sufriendo por un suceso y disfrutando por un desafío. El aspecto paradójico y retorcido en la relación con un frenemy es que solo usted está experimentando esta mórbida rivalidad, mientras que la contraparte confiada la tiene en alta estima.

Del resto es propio gracias a esta simple estima fuera de lugar que puede manipular en modo de dirigir elecciones y comportamientos hacia el epílogo que retiene más ventajoso para si. En práctica es como si de la felicidad de la propia amiga dependa su infelicidad y viceversa.

En general, es preferible estar rodeado de amenazas claras y obvias, en lugar de escollos ocultos en las sombras, listos para herir cuando menos se lo espera. Protegerse de estas compañías es difícil pero no imposible, ya que a pesar de que ocultan sus caras, no pueden ocultar su naturaleza.

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Una frenemy será siempre muy facilmente presente en los momentos de dolro, no para tirar arriba la moral, sino solo para no perderse el espectáculo de ver la propia amiga sufrir trayendole satisfacción. En los momentos de felicidad una amiga envidiosa en general se hace a menudo difícil de rastrear, porque no puede ser capaz de disimular la ira que le produce dentro, mirando a quien le está al lado inundado de alegría.

Incluso el modo de ayudar es un eficaz revelador, porque será siempre torpe y dirigida hacia la elección deseada de estar en los paños de los demás, es una cosa humana, lo importante es admitirlo sin sentido de culpa. Mejor la honestidad de una amiga que una vez en tanto sabe decir "quisiera estar en tus paños, te envidio mucho", mas que de una que se muestra totalmente entusiasta de parecer casi inquietante.

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